¿Alguna vez llegaste a la escuela y de repente el maestro te recibió con un examen sorpresa?
Apuesto a que te acuerdas de la sensación, el nerviosismo y la inseguridad: ¿Estoy realmente preparado? ¿Voy a acordarme de todo? Debería haber estudiado mis notas con más frecuencia, etc.
A veces aprobaste el examen, a veces no y tuviste que repetir el examen o hacer una tarea extra para pasar esa materia. Pero siempre aprendiste algo de esa experiencia. Continúe leyendo