Estaba observando a dos mujeres hablando en un restaurante. No estoy muy seguro de si realmente se estaban comunicando o simplemente mataban el tiempo un rato. Ambas estaban tratando de decir muchas cosas, pero nunca terminaban realmente una idea, ya que se la pasaban interrumpiéndose mutuamente todo el tiempo.
Pude ver cómo una de ellas seguía tratando de exponer una idea, mientras que la otra estaba esperando ansiosamente que hubiera una pequeña pausa para interrumpir y empezar a hablar sin siquiera dejar que su interlocutora terminara la frase.
Siguieron haciendo eso todo el tiempo, y pude notar que ninguna de ellas se mostró muy satisfecha con la plática. A medida que el tiempo pasaba, se interrumpían entre sí más a menudo y al final ambas se veían ligeramente molestas, así que simplemente intercambiaron un breve adiós y se fueron. Continúe leyendo