Se supone que deberíamos estar adaptados de forma natural a los ciclos, ya que en cuanto nacemos estamos viviendo en ellos.
Inmediatamente nos encontramos expuestos a ellos: el ciclo del día y la noche, ciclos de alimentación, ciclos para dormir y despertar, ciclos de crecimiento, ciclos de educación y así sucesivamente.
Vivimos en ciclos todo el tiempo, incluso nos da emoción cuando rompemos nuestros ciclos viejos para hacer algo diferente y nos entusiasmamos también cuando empezamos uno nuevo.
Sin embargo, tan pronto como vemos que un gran ciclo en nuestra vida se está rompiendo nos entra el pánico y comenzamos resistirnos a ese cambio.
Mientras más tiempo (Si deseas seguir leyendo éste artículo y otros parecidos por favor sigue esta liga: Haz click aquí)