Tomado de mi libro Respuestas II
Ayer un amigo me preguntaba sobre la mejor forma de reaccionar ante un evento negativo y ambos coincidimos en la importancia de reaccionar a cualquier evento de una manera equilibrada.
Estoy seguro de que te acuerdas cuando hablamos sobre la forma en que reaccionamos a un evento en particular, es más importante que el evento en sí, ya que todo depende de la perspectiva utilizada para etiquetarlo.
Bueno, sería imposible estar poniendo etiquetas a cada evento que sucede en nuestra vida. No “etiquetamos” todo, constantemente, dejamos que la vida nos suceda y cambiamos la dirección de un lado a otro para evitar chocar contra cualquier obstáculo (real o imaginario, aunque la mayoría de ellos son imaginarios).
Pero cuando pasa lo inevitable y algo malo llega, la mejor manera de reaccionar es decir: “No quiero que esto vuelva a suceder en mi vida, yo preferiría que esto suceda la próxima vez” y luego tomar la decisión de cambiar nuestra intención para que la próxima vez todo se alinee y se manifieste el resultado que deseamos.
Sé que esto no es fácil y suena un poco extremo para algunas personas, pero todo lo que puedo decir ahora es: “Inténtalo”. Te sorprenderás.
Poner etiquetas a todo (juzgar) es lo que más nos mete en problemas todo el tiempo, rompe nuestra paz interior y nos impide avanzar, pues una mente que juzga pierde su poder.
Cuando nos preocupemos, es cuando debemos hacer una limpieza interior y una clarificación interna, esa es la oportunidad de analizar qué creencia o conjunto de creencias se han activado.
Si analizamos lo que desencadenó esas creencias, vamos a averiguar lo que destruye nuestra paz mental y, por lo tanto, es el área que hay que trabajar. Una vez que vemos en nosotros y descubrimos la creencia o conjunto de creencias que tenemos que liberar, podemos comenzar nuestro trabajo de limpieza interna para que podamos recuperar nuestra tranquilidad.
Hacer limpieza de nuestra energía interior es un ejercicio cotidiano y debemos adquirir ese hábito, de la misma manera que tenemos el hábito de cepillarnos los dientes o lavarnos las manos antes de cada comida.
Una vez que adquirimos este hábito y lo hacemos una parte de nosotros, vamos a entrar en un nuevo nivel de manifestación. Este nivel nos permitirá traer a nuestra vida mejores situaciones y mejorarnos a nosotros mismos, ya que vamos a hacer nuestras peticiones, visualizaciones, afirmaciones, etc., desde un estado de paz y tranquilidad.
Eso marcará la diferencia entre el “antes” y el “después”.
Todos estos son los pequeños pasos que estamos dando hacia una mejor versión de nosotros mismos y hacia una vida mejor que todos estamos tratando de experimentar.
Tomado de mi libro Respuestas II