Todos los días estamos expuestos a muchos problemas, con muchas variantes, con muchas soluciones o decisiones frente a nosotros que llevan a aún más consecuencias.
Una vez que decidimos lidiar con uno de estos “problemas” debemos encontrar su raíz y, como un amigo solía decir: “Alguien debe tener la culpa de esto y no voy a ser yo”.
Por lo tanto, encontrar a alguien más para culpar, no es una tarea difícil. Por lo general lo hacemos de forma inmediata y automática.
Pero entonces, encontrar una solución se vuelve aún más difícil. Vincular la posible solución con nuestro problema y esperar a que quien culpamos se encargue de resolverlo, hace imposible el progreso.
Pero el cambiar esa mentalidad podría beneficiarnos inmensamente. Continúe leyendo