Me desperté sintiéndome incómodo. No podía entender por qué me sentía así, porque no había una razón aparente para ese estado de ánimo.
Al principio pensé que me sentía así, por un mal sueño que no podía recordar.
Pero a medida que avanzaba la mañana, comprendí que ese sentimiento era el resultado de una larga serie de eventos que finalmente colapsaron sobre mis hombros, causándome un estado de ánimo sombrío.
Mientras trataba de encontrar la causa de esta horrible sensación, me di cuenta de que estaba escarbando todos los eventos negativos que habían aparecido en mi vida desde hacía tiempo. Mientras trataba de encontrar en cada uno de ellos el “verdadero culpable” de mi temperamento actual mi alma se sentía cada vez más deprimida.
Pero la peor parte fue, que con cada evento que recordaba, me sentía cada vez más abatido. Esto no me estaba ayudando para nada. Continúe leyendo