Una de las cosas más difíciles para mí es tratar de identificar la diferencia entre una situación “forzada” y una “natural”.
Y ahora sé que no estoy solo en eso, porque esa es una de las preguntas más frecuentes que me hacen todo el tiempo.
Cuando estoy tratando de “forzar” un evento, una acción, una respuesta a algo que aparece de repente en mi camino. He aprendido a “medir” mi dirección en función de la “rugosidad” de la carretera. Es decir, cuando estás encontrando demasiados “rocas” en tu camino, podría ser una señal de que estás transitando por el camino equivocado. Continúe leyendo