Uno de los mayores enemigos que nos creamos nosotros solitos y que causa el daño más grande en nuestra propia vida es: el pensar demasiado.
Se necesitan horas a veces para tener una buena idea, meses para crear un buen plan previendo la mayoría de las dificultades, años para construir un imperio, pero sólo unos pocos segundos, para inventar muchas excusas de por qué las cosas pueden salir mal.
¿Alguna vez te han persuadido otras personas quienes en cuestión de minutos te dan cientos de razones por las cuales tus ideas no pueden funcionar “en el mundo real” y que sólo te estás dirigiendo a un gran fracaso?
¿Cuántas veces has hablado con personas “muy bien informadas” que te aseguran que tienen toda la experiencia y todos los conocimientos en el mundo necesarios para anticipar tu ruina?
Ese tipo de “expertos” son más abundantes en este mundo que cualquier otra cosa. Continúe leyendo